sábado, 11 de septiembre de 2010

Los próximos 4 días

...mis nalguitas me odiarán. Mi esposo y sus diestras manos de cirujano penetrarán barra pequeñas y puntiagudas, de metal en repetidas ocasiones y en varias áreas de la susodicha superficie. Tragaré un sinnúmero de pastillitas y absorberé otras pocas drogas introducidas por supositorios.

Todo ésto en preparación para la transferencia de dos embriones éste miércoles 15 de septiembre. Pasé yá por un tratamiento intenso hace dos años y medio para quedar embarazada de Tenoch, pero ahora es muy distinto. En aquel entonces observaba el calendario, las instrucciones y recomendaciones al súper pie de la letra, adelantaba, preparaba y organizaba las sesiones para la administración de medicamentos minuciosamente. Esta vez, no sé ni lo que me espera al otro día, ando perdida, distraída y dejé dañar unos supositorios por no ponerlos en la nevera a tiempo.

Pero ésta vez, mi esposo y yo tenemos un ayudante: mi pequeño Tenoch. Él me sujeta la rodilla mientras su papá me pincha la panza cada mañana (inyeción de la hormona Leuprorelin)
, me pasa la motita de algodón después, tira los papelitos a la basura, me vé tomar pastillas (y quiere él también).


Ésta vez es diferente porque está él. Es ésta la gran diferencia, ahora me concentro en el bebé que tengo, no en el que no tengo, o en el que talvez tendré.

Está él, y lo hacemos todo juntos. Dormimos juntos acurrucaditos, me despierto con su tierna voz. Somos socios, amiguitos, compañeros. Me acompaña a las citas médicas, le llevo encima junto a mí y gozamos tomando la guagua y el tren. Al llegar a la clínica le tira besos a la recepcionista y ojitos a las enfermeras. Ayer conoció a el Dr. Tortorriello, el endocrinólogo reproductivo responsable de nuestro embarazo, miradas lindas que se tiraron esos dos. Luego paseamos por el Bryant Park y nos montamos a el Carrusel.


Ya no importa lo que resulte de todo ésto, porque soy mamá y mi cuerpo sábe qué hacer, porque sé que Dios tiene un plan y estoy dispuesta a aceptarlo con amor. No importa lo que pase porque yá lo tengo a él.

1 comentario:

Francheska dijo...

Estoy orando por ustedes.