martes, 12 de abril de 2011

Paseando por Utuado

Siguiendo una ruta panorámica por la carretera 10 hasta Utuado y de allí tomando la carretera 111 llegamos con mareos de embarazada y llanto de niño claustrofóbico al Paque Ceremonial Indígena de Caguana, Utuado.


La entrada por la vereda de madera, a través del follaje limpio y tropical es realmente hermosa. 


Este camino te lleva a la ventanilla de entrada e información y a una pequeña sala-museo que te introduce al parque y a unos cuántos utencilios Taínos de uso diario.



Luego de pagar la tarifa de $2 por persona (los niños entran gratis), procedemos a explorar el amplio y bien mantenido parque.


  El parque consta de 12 bateyes rodeados por una variedad de piedras con petroglifos.


La calidad y claridad de los petroglifos es impresionante, pero la variada vegetación del parque es realmente inspiradora.


El día estuvo nublado y húmedo, y la temperatura se sentía muy agradable.


Tenoch disfrutó explorando y jugando entre las raíces de los enormes árboles,


recolectando ramitas secas, observando,


posando para la cámara de mamá y caminando de la mano de papá.


Quedó hipnotizado con una arañita (o guaba en lengua taína). La llevó por todas partes en una ramita y casi llega a Quebradillas con nosotros.


Todos disfrutamos de la visita al parque, pero yo me sentí especialmente inspirada y feliz. Le encomendé el fruto de mi vientre a YaYa (creador del mundo espiritual y del mundo material o "Dios" en lengua arawaka taína).


Nos hubiese gustado permanecer más tiempo en el parque, pero realmente no había más que hacer. Me parece que en el segundo piso del museo existen facilidades apropiadas para una tiendita de recuerdos o talvez una cafetería que nos permita pasar más tiempo en ese lugar y que sirva para recaudar más fondos para seguir manteniendo el parque. Pero ni el baño allí estaba funcionando y tuvimos que regresar al estacionamiento para usar el baño y luego salir de allí a buscar dónde almorzar.


Acá nos despedimos los niños y mamá frente al bohío. Desearíamos volver pronto para que la nueva bebé pueda verlo todo con sus propios ojitos. Hasta entonces guardamos los recuerdos y las buenas vibras de los espíritus protectores taínos o Cemies.

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