Hoy la temperatura nos hizo sentir como el último día del verano, la última ñapa calientita, y pensé que era una buena oportunidad para brindarle a mis lectores un recuento de nuestras aventuras del verano. Entre mudanzas de Brooklyn a Manhattan (y de vuelta a Brooklyn), polvos de remodelación, visitas, salidas, pequeñas y grandes aventurillas..., aquí les va las mejores fotos de un verano que atesoramos en el corazón.
Desde que divisamos las primeras florecitas silvestres en el parque,
el verano prometía ser especial.
Lleno de música,
el dulce nombre de abuelita,
bailes en el parque con amigas,
abrazos fuertes de primas.
Entonces llegó Taina...
y bailamos una melodía diferente:
Tenoch se convierte en hermano, los hijos son plural,
nuestra vida se transforma un pocó más, nuestro corazón crece aún más.
Luego llegaron los amigos,
aquellos que viven a un ritmo que admiro.
Se nos regresa a casa abuelita y la extrañamos desde el primer día.
No olvidaremos los picnics en el parque de Riverside Drive,
y las aventuras caminando por la costa del Upper West Side.
Inventando campamentos en la sala para pasar la tormenta...
Creando maneras nuevas cómo llevar las crias a cuesta...
Taina,
Taina,
bienvenida al verano de nuestras vidas.
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