jueves, 16 de septiembre de 2010

Esperaba, esperaba la mamá de Brooklyn

¡Que difícil es esperar!

Ayer, la transferencia de dos móviles y expandibles embriones fué todo un éxito. Treinta minutos tomó sacarlos del estado de "vida suspendida" en el que se encontraban durante la criopreservación y traerlos a mí. Treinta segundos tomó depositarlos suavemente en mi vientre por las sutiles manos del doctor Drew Tortoriello, uno de los muchos ángeles terrestres de Tenoch (y míos). Diez minutos reposé sola en un cuartito frío, con las piernas elevadas y la imaginación también. Cerré mis ojos y viajé a esas cascadas Venezolanas tan mágicas que ví en Planet Earth, luego me sumergí buceando en una playita de Aguadilla, después regresé al tope de Machu Picchu, pero esta vez subí al otro pico aún más alto, el Guaina Picchu.

Solo dejé entrar pensamientos positivos y miré la foto de mis dos bebés:


Hoy me tomé mis cuatro pastillas y me sobé mis tres moretones causados por las últimas inyecciones en la panza, la nalga y la cadera, respectivamente. Por los próximos diez días no puedo levantas más de diez libras, sin embargo hoy levanté a mi niño de veinticinco libras, pues, como diez veces.

¿Numerología? No, para nada. Sólo que cuándo uno espera, la mente se llena de números, cuándo en verdad uno sólo debe de llenar el corazón de esperanza.

PD. las pruebas de embarazo están programadas para el jueves 23 y lunes 27 de éste mes

2 comentarios:

Anónimo dijo...

!Hoy le pedire a todas las diosas que te cuiden y que te rodeen suavemente todos estos dias para que nada mas que luz y buenas ondas llegen a ti! I can't wait!!

Marixsa dijo...

Que dulce, gracias mil!